Para lograr estar en forma no es suficiente con llevar una vida saludable, sino que es necesario tener una adecuada condición física, una alimentación ajustada, una práctica deportiva regular y un equilibrio psicológico.
La condición física es la capacidad de realizar esfuerzos físicos con vigor y efectividad, retardando la aparición de la fatiga (cansancio) y previniendo las lesiones. Tener una buena condición física no consiste en ser un súper deportista, sino en desarrollar las capacidades y cualidades físicas para realizar con éxito las actividades físicas en las que se participe de tal manera que la condición física se relaciona con la salud de la persona.
Se pueden distinguir dos tipos de condición física:
Aunque al nacer venimos marcados por algunos factores (genética) que determinan una condición física como buena, muy buena o excelente y, además existen causas que limitan el desarrollo de la misma o que contribuyen a que ésta se deteriore (principalmente la falta de ejercicio, el exceso de comida y/o la nutrición deficiente y el consumo de tabaco y alcohol) el factor determinante de la condición física se relaciona con el concepto de desarrollo, es decir, la condición física depende del trabajo que se realice para mejorarla o mantenerla.
La condición física viene determinada por una serie de factores: unos variables y por tanto, modificables y otros invariables que no permiten ser modificados. Factores invariables son, por ejemplo, la genética, la edad o el género y factores variables la alimentación, el descanso, la higiene… y, sobre todo, el acondicionamiento o entrenamiento físico, es decir, el desarrollo intencionado de la condición física.
El acondicionamiento físico también será de dos tipos según nos refiramos a una u otra condición física a desarrollar:
La condición física consta de una serie de componentes que pueden ser estudiados por separado y que pueden ser considerados como el potencial que presenta un individuo para, a partir de su desarrollo, obtener un buen nivel físico. Son los denominados como cualidades físicas. Aunque los diferentes teóricos de las actividades físicas y deportivas refieren multitud de denominaciones y clasificaciones, la más extendida diferencia entre las cualidades básicas y las cualidades compuestas.
Las cualidades físicas básicas son aquellas que permiten de forma elemental realizar cualquier tipo de actividad física. Dependen principalmente de los sistemas de aporte energético y los procesos metabólicos (producción de energía):
Las cualidades físicas compuestas son aquellas que resultan de la combinación de algunas de las cualidades físicas básicas entre sí y están determinadas fundamentalmente por los procesos de dirección del sistema nervioso central. Destacan:
Se diferencia entre equilibrio estático (control del la postura sin desplazamiento) y equilibrio dinámico (reacción de un sujeto en desplazamiento contra la acción de la gravedad, por ejemplo al subir en pendiente por un cerro). El equilibrio depende de un conjunto de fuerzas que se oponen entre sí y las cuales están reguladas por el sistema nervioso central (SNC).
Por su parte, las capacidades físicas relacionadas con la salud y que conllevan estar en forma, es decir, aquellas que son mejorables con el entrenamiento adecuado y están asociadas con un bajo riesgo de desarrollar prematuramente enfermedades derivadas del sedentarismo son:
El porcentaje de masa grasa corporal sigue siendo el índice más utilizado para evaluar la composición corporal. Aunque puede variar según el método empleado, los porcentajes óptimos de masa grasa corporal son menores del 15% en los hombres y del 22% en las mujeres.
La composición corporal se considera importante en su relación con las capacidades físicas de salud ya que está en estrecha relación con las demás capacidades, por ejemplo, el desarrollo de la resistencia y de la fuerza muscular, incide en una reducción de la grasa corporal y un aumento de la masa muscular, con la consiguiente mejora del estado de salud.
Es importante destacar que las cualidades físicas no se encuentran en estado puro sino que están interrelacionadas unas con otras, y las separaciones que se establecen son divisiones convencionales que se realizan para su estudio, valoración y entrenamiento.
Así, las prácticas de fitness (cardiovascular, muscular, aeróbica,…) están interrelacionadas siendo inseparables sus diferentes aspectos sobre el metabolismo o las estructuras funcionales y psicosociales del organismo. Las diferenciaciones en los distintos tipos o programas son conceptuales buscándose una segmentación o priorización pero partiendo del concepto de fitness global. Todos buscamos de alguna forma u otra la sensación saludable que nos produce estar en buena forma, por lo que nos gustaría conocer tu experiencia o cualquier comentario que quieras realizar.