Los factores que se pueden considerar prototipos o tópicos en una víctima de bullying, pueden ser causas o consecuencia del propio acoso. Así, una situación de indefensión puede conllevar un riesgo que puede derivar en una situación de acoso, o ser consecuencia del mismo.
No obstante, a partir de las causas por el que se produce el bullying o de las acciones que la víctima realice para enfrentarse a la situación, se pueden diferenciar dos tipos de víctimas del acoso escolar; las víctimas pasivas y las víctimas activas.
Tanto si hablamos de víctimas activas, como de víctimas pasivas, hay una característica común en ambas situaciones; la persona acosada se encuentra en una situación de inferioridad con respecto al o a los acosador/es.
Todo lo hasta aquí comentado, unido al aislamiento, contribuye a la percepción de inferioridad de la víctima de bullying. Además, el riesgo de ser elegido como víctima se incrementa con determinadas características que fomentan el aislamiento; pertenecer a una minoría étnica o cultural, tener necesidades educativas especiales, actuar fuera de los estereotipos morales, culturales e incluso sexistas que rigen la comunidad en la que están inmersos.
De esta forma, se difiere que uno de los aspectos de actuación sobre la prevención del bullying en nuestras aulas, debe ser tratado desde el punto de vista de un problema global que afecta al sistema escolar y no tanto a definir aquellos factores individuales que caracterizan a una posible víctima.
A continuación una categorización de las características propias tanto de la víctima de bullying activa como de la víctima de bullying pasiva y su comparativa:
En el bullying interviene tanto el acosador, como la víctima, como la inactividad del resto de compañeros, ¿crees que la intervención debe ser sobre uno de estos agentes o sobre todo el sistema?. Nos gustaría conocer tu opinión, no olvides comentar!