Sabemos, que a pesar de haberse producido avances en materia de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en las últimas décadas, pervive un modelo social basado en la adjudicación de roles diferenciados en función del sexo.
Esto fomenta normas y valores que perpetúan la posición de inferioridad de las mujeres, que en última instancia se configuran como la razón última de la violencia de género.
La violencia de género es descrita como la expresión más brutal de las desigualdades sociales.
Por ello, la prevención en violencia de género debe incidir muy especialmente sobre estos factores, promoviendo una nueva forma de entender las relaciones entre hombres y mujeres.
Buenas prácticas en materia de Violencia de Género
Las buenas prácticas en materia de prevención de la violencia de género deben basarse, según las Naciones Unidas, en los siguientes principios orientadores:
- Dar prioridad a la prevención de la violencia contra la mujer en todas las políticas y programas.
- Asignar en todos los sectores recursos específicos para las actividades de prevención.
- Buscar apoyo político para inversiones sostenidas a largo plazo en prevención.
- Elaborar estrategias de prevención que enfrenten las causas de la violencia contra la mujer, en particular la persistencia de los estereotipos de género.
- Determinar objetivos claros, en los que se definan qué es lo que se quiere cambiar mediante las estrategias de prevención y cómo, estableciendo un proceso de seguimiento y evaluación.
- Garantizar que las perspectivas y las voces de las mujeres, en particular órganos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, organizaciones de trabajadores y empresarios y líderes comunitarios locales, para elaborar estrategias inclusivas eficaces.
- Compromete proactivamente a los hombres y los niños en la elaboración y la aplicación de estrategias para la prevención de la violencia masculina contra la mujer.
- Hacer hincapié en que la violencia contra la mujer es inaceptable y su eliminación es una responsabilidad pública.
- Promover la seguridad de las mujeres, en caso necesario modificando los ambientes físicos.
- Garantizar que los esfuerzos de prevención sean holísticos.
Entre las estrategias sugeridas para la prevención de la violencia de género, se pueden incluir:
► Campañas y actividades de promoción, en especial campañas encaminadas a transmitir el mensaje de que es inaceptable la violencia hacia la mujer.
► Movilización comunitaria. Estas estrategias pueden contribuir a la prevención de la violencia de género, a través de la consecución del compromiso de todos los niveles de la sociedad, entre ellos, representantes de los gobiernos locales, líderes de la comunidad, organizaciones no gubernamentales y grupos de mujeres.
► Trabajo con los hombres. La lucha por transformar las relaciones de género y eliminar la violencia contra la mujer no puede tener éxito sin la participación de los hombres. Comprometer a los hombres en la aceptación y respaldo de los nuevos roles a desempeñar por las mujeres resultan claves para poner fin a la tolerancia social ante la violencia ejercida contra las mujeres.
► La capacitación y la sensibilización de los periodistas y otros profesionales de la comunicación que informan sobre la violencia contra la mujer, lo que va a contribuir a mejorar la calidad de la información y a elevar el nivel de conciencia y comprensión de las causas y consecuencias de la violencia contra la mujer por parte del público en general.
► Educación y fortalecimiento de capacidades en el sistema escolar. El sistema de educación formal puede ser clave como lugar para elevar el nivel de conciencia acerca de la violencia de género y a atacar y erradicar los estereotipos de género presentes en la sociedad.
Estas son algunas de las estrategias que de forma general se proyectan en los programas de prevención a nivel nacional, aunque de forma particular muchas asociaciones, colectivos y grupos de interés realizan de forma contínua campañas y programas de prevención incluyendo a víctimas de violencia de género.